¡TE LO DEBO FÉLIX!
Me precio de pagar siempre mis deudas (y no porque sea un
Lannister) y a Félix Baumgartner le debo esta entrada.
Se la merece por sobrevivir (había dudas), por visionario y por realizar una proeza de tamaña
envergadura. Todo el montaje y la retransmisión han sido increíbles. Haría vibrar
al más pintado. Y si por sí sólo no fuera impactante, ver al héroe aterrizar andando
me parece sublime; vaya crack.
Muchas voces se han hecho eco de los avances que esto
supondrá en la aeronáutica, otros han hablado del marketing que no hace
clientes, sino que crea fans. Y de esto no puedo opinar, porque son cosas que
no comprendo.
Y esto me ha hecho reflexionar, porque en pocos días la
tele me ha mostrado muchas más cosas que no comprendo:
No comprendo porque nos sorprendemos al descubrir que
tras los bazares chinos se escondía la mafia…Y menuda billetada que manejaban…
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Ejemplo de billetada china |
No comprendo que ponía Nacho Vidal en sus facturas de la
productora para blanquear dinero chino. Muchos gatos me parecen para ese tipo
de cine.
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Quedará para los anales de la historia... |
Y sobre todo, la más importante de todas mis dudas. Que
alguien me explique porque los zombies de “The Walking Dead” a veces están
echando una cabezadita. Todas las temporadas salen unos cuantos: durmiendo en
el suelo, en el bus, dentro de un coche, dentro de un tanque, en una cárcel…Menudo
virus, anula la inteligencia, la personalidad, la humanidad pero no produce
insomnio. En cuanto pueden, a planchar la oreja (si la tienen).
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Zombie recién levantado para desayunar |
Para acabar esta entrada, a colación con el último
párrafo recupero la sección “the Beholder
recommended”, con algo de Ciencia Ficción:
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The
Walking Dead: Esta semana se ha estrenado la tercera
temporada y sigue siendo una serie muy interesante. Se pueden sacar muchos
defectos a esta producción: el attrezzo zombie ha perdido calidad, el niño es
insufrible y los supervivientes tienen ideas de bombero, pero la serie sigue mereciendo
la pena.
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Blade
Runner: Película de Ridley Scott de 1982, todo un clásico
del género sci-fi. Con Harrison Ford de joven y Cañizares haciendo de replicante.
También es muy digna la novela corta que sirvió de base a la película (aunque
no le es muy fiel), ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Escrita
en 1968 por Philip K. Dick.
Mantened el
cuerpo sano y la mente despierta.