Tengo la suerte de ser un friki muy bien cuidado, así que mi señora me ha invitado a ver el día de su
estreno El Hobbit: La Batalla de los
Cinco Ejércitos.
Como sé que van a
correr ríos de tinta no haré un análisis de la película, sino de un nuevo
constructo social.
Sin ceñirse al libro es una peli que entretiene,
que está bien. Tiene paisajes
chulísimos, personajes planos pero entrañables u odiosos, momentos tiernos, el sonrisón de Evangeline Lilly… Cine comercial
por encima de la media. Ya llegarán los puristas dando la paliza: la peli no debería ser así porque los que
hemos leído el libro blablabla…. Que sí majos, que aunque sepamos el
libro de memoria sólo pagamos una entrada de cine y hay que hacer caja. Los puristas nunca estarán contentos
con lo comercial (¿Ascendencia hipster?)
Pero la realidad es que lo
friki vende. La
fantasía ha dado el salto definitivo a lo comercial y lo friki está en alza.
La serie Juego de Tronos triunfa sin que se lean las novelas, las pelis basadas
en cómics tienen más tirón que nunca sin que se vea una viñeta, The Big Bang
Theory lo peta y las estanterías de las librerías se reparten todas las novelas
entre fantasía, ci-fi y un remanente de novela “histórica”.
Hoy éramos muchos frikis
(mucho más jóvenes que yo que empiezo a estar viejuno) con chica guapa al lado
que no se había leído el libro*. Y grupos de chicas sin maromos. Friki es el nuevo sexy. No sé en qué
momento se ha roto la barrera más increíble,
algo inconcebible hace unos años. A las chicas les gusta lo friki (o por lo
menos lo toleran).
Puede
que 2014 sea un nuevo año cero para
la humanidad: a las chicas les va lo friki y las camisas de cuadros. Nada volverá
a ser lo mismo.
Vaya momento de gloria
*Estuve
poniendo la oreja en las conversaciones de otros entre la muchedumbre que hacía
cola para las palomitas