LOS FANTASMAS INTERIORES O LA PERSONALIDAD RELATIVA
Dicen
que “odiamos en los demás las cosas que
detestamos en nosotros mismos”. Y hay pruebas que lo demuestran: Los frikis
de Star Wars odian Star Trek, la prensa deportiva madridista odia a la
catalanista y los chulos de gimnasio no se soportan entre sí. Yo por mi parte
odio a la gente que “da palos”.
Y
sí, marcadamente crítico como soy no puedo soportar a la gente que saca punta a
todo. Puedo argumentar que lo que no me gusta es la crítica ventajista sin criterios
o la descalificación, pero estaríamos entrando en el farragoso debate de si
Cristiano es más tonto que Alves o si un jedi hace picadillo a Spock. Invito a
todos a hacer una reflexión sobre una persona que no le agrada aunque comparta
consigo mismo bastantes similitudes.
Quizá
por ello también se digan que “polos
opuesto se atraen”. Una de las personas más anatemáticas a mi existencia es
Silvio Berlusconi. Personaje en cuestión que genera en mí una grotesca repulsión-fascinación
propia del cine de Berlanga. Nunca dejó de sorprenderme. Aparte de sus sonados
escándalos, rescato para este espacio como tenía para todos en política (en
otros ámbitos tenía para todas). Cuando un diputado le increpó que dejara su
puesto y se fuera a casa, él le respondió: ¿A cuál de mis 20 casas quieres que
me vaya? Hay que tener jeta para decir eso siendo presidente electo de un país.
Pero
por rescatar otra perla, cuando otro diputado de corte conservador le dio caña
en el congreso, se fue a la RAI y contó el siguiente chiste: “comprendo que tal diputado esté tan enfadado, perdió
un familiar en Auswitch. Se cayó de una torre de vigilancia”. Ese día me dejó
sin palabras.
Pero
la repulsión siempre supera a la fascinación, porque Berlusconi representaba a
todo un país, y no podemos tragar que aquellos “funcionarios públicos” que
hablan en nuestro nombre digan lo que les plazca, sino que sean consecuentes
con lo que hacen y con lo que dicen, y si no están preparados o no les apetece,
que se quiten de la poltrona.
A continuación os dejo otro
ejemplo patrio (paradójicamente un fantasma interior):
Mantened el cuerpo sano
y la mente abierta.