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jueves, 20 de noviembre de 2014

NUNCA MÁS LOS CAMISAS VIEJAS



Tras un turbulento reposo, vuelvo por este espacio con mi caballo de batalla favorito, el mundo de la moda. Y la novedad es que, por una vez, estoy a favor.

Repito: A favor del nuevo invento del mundo de la moda: El Hombre Lumbersexual.

El concepto etimológico proviene de madera, maderero o leñador, y conlleva camisas de cuadros, barbas y cierto aspecto hosco. Y me gusta por dos motivos:

1- Porque se autoproclama “invento femenino”. Y es que de la psique de la mujer sale este hombre estereotipadamente rudo y paradigmáticamente viril, lejos del aspecto asexuado y andrógino que los diseñadores más famosos (y más gays) quieren hacernos crear y creer. Por una vez no hay “negación de la carne”, parece que aquí hay lo que hay y el invento femenino va a lo que va.
El ídolo de masas Al "Camisas de Franela" Borland
Ya sé que puede ser más de lo mismo, que podemos debatir sobre el desarrollo pendular extremo de las tendencias (pasando del cuidado metrosexual al desaliñado lumbersexual) o analizar si es una estratagema de venta de camisas de franela (ya que Ryan Gosling, quirúrgicamente retocado  y con dieta hiperproteica, es su mayor exponente). Pero lo voy a dejar pasar en honor al segundo motivo.

2- Por la definición que he encontrado en una revista de moda: “Responde a un hombre barbudo, con camisa de cuadros y que exuda feromonas. Es básico, asilvestrado, muy vinculado a la naturaleza y que, en teoría, no cuida su imagen”. Quién nos iba a decir a mis compañeros de vestuario y a mí que desde hace años, sin mirar una revista y vestidos con cuadros, ahora marcamos tendencia.

Quién nos iba a decir entonces a los eternos franelistas de campo que seríamos el cúlmen del diseño.

“Desde este intrascendente rincón yo os convoco: Luzcamos con orgullo camisas viejas que llevamos años poniéndonos porque son cómodas (y abrigan) y no nos afeitemos más por pereza porque hoy, asilvestrados (¿?) a cuadros, estamos a la última”

Nos saldrán imitadores, cuidarán sus barbas para que parezcan descuidadas y comprarán camisas nuevas, pero nosotros somos los auténticos. Somos los camisas viejas, los ahora asilvestrados. Llevamos años, sin saberlo, siendo lumbersexuales.
Vinimos para quedarnos

domingo, 2 de noviembre de 2014

ME LLAMARON FRIKI



Llevo mucho sin escribir por culpa de la actualidad. Este es un blog intrascendente y cada vez que me ponía a ello acababa escribiendo sobre las preocupantes noticias del parte.

Pero ayer me llamaron friki. Y no es que no lo sea, que soy friki (de mis cosas, me imagino que como todos), sino que lo hicieron en base a una serie de ideas preconcebidas que no se corresponden con mi realidad personal. Vamos, que me lo dijeron con “prejuicios”.

Que nadie venga de puritano, todos tenemos prejuicios. Unos más acusados que otros, pero todos tenemos prejuicios. A los humanistas nos disgustan porque sólo sirven para clasificar a las personas y etiquetarlas, cuando sabemos que la humanidad nunca deja de sorprendernos.

Por lo menos a esa persona que tenía esa frikilmente estereotipada imagen de mí la sorprendí. Y luego fue supersimpática conmigo. Espero que Ramón y Cajal no tuviera razón.

No cabe duda que los prejuicios los heredamos de nuestras familias. Los pecados de los padres son los grilletes de los hijos. Pero para anuncio con padre con prejuicios tenemos este spot de coches.  Su mensaje político no deja lugar a dudas.

Si alguien se ha tomado este espacio un poco en serio y ha reflexionado sobre el tema, le dejo una cita de  William James, psicólogo y filósofo estadounidense, pionero de la psicología científica.
Un gran número de personas piensan que están pensando cuando no hacen más que reordenar sus prejuicios.
Vinimos para quedarnos