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lunes, 13 de octubre de 2014

UN POQUITO DE POR FAVOR...



No me gusta presumir de consejero de nadie porque cada uno es muy libre de hacer lo que le plazca. Pero por favor, tened cuidado con lo que hacéis.

Los hombres y  mujeres con fe lo llaman de destino, los fans de Nietzsche piensan que aquí estamos de prestado y la (prolija, fidedigna y en ocasiones mezquina) sabiduría popular cree que a todo cerdo le llega su San Martín (que irónicamente es un pescado).
Ejemplar de San Martín
Cada uno que tome la posición filosófica más afín a su personalidad, pero por favor, sea la que sea, no tentéis a la suerte. Porque el ser humano no deja de sorprenderme.

He llegado a esta reflexión tras saber que ha fallecido el recordman mundial de salto base (no en el salto del record, no seáis cabrones) practicando su deporte favorito en Suiza. A mí me gusta el deporte, pero no tanto como para no mirar por mi propio pellejo.
Practicante de Salto Base
Y según pensaba en este asunto me he topado con esta otra noticia:


Premio Nobel al organizador... Se veía venir. Tanto o más que lo del salto base. Los fallecidos (me supongo que varones) fueron a arriesgar el pellejo.
Seamos razonables, por favor

miércoles, 8 de octubre de 2014

DEIFORME



He de decir que aborrezco el mundo de la moda. Odio que unas personas digan a otras como vestir y actuar, y más aún que un criterio o color deba estar por encima de otro. Además los fulanos que dirigen el cotarro son cuanto menos turbadores…
Laggerfeld???

Victorio y Lucchino (no están en la Fábrica de Chocolate)

Pero por encima de todo odio la el mundo de la moda por el patrón de belleza que quiere implantar. No sé si debido a la excusa de la importancia de la prenda o a la alta proporción de diseñadores gays buscan una modelo de mujer sin curvas ni rasgos femeninos.

Y eso a mí, y me consta que no estoy solo, me solivianta. Nos quieren vender un modelo andrógino asociado a un modelo morfológico anglosajón, cuando a todos se nos van los ojos con un modelo morfológico “carnaval de Río de Janeiro”. 

Por eso odio el mundo de la moda, porque como herederos de la moral victoriana o de la Iglesia más recalcitrante, se ha empeñado en negar “la carne” como volviendo al rollo aquel del pecado original.
Y cada sí y cada no nos han querido vender una serie inacabable de “guapas” como las mujeres más bellas del mundo. Sirvan como ejemplo la tísica politoxicómana Kate Moss, Anne Hathaway (la catwoman menos sexy de la historia) o la inconcebible pirata Keira Knightley.
 
 
Cada una de ellas ha debido ser maquillada, digitalizada y remasterizada para esconder que en realidad no tienen chicha ni limoná.

Por eso la siguiente noticia me ha encantado. Se ha encontrado una modelo anglosajona suficientemente potente. Pero no lo han hecho los gurús de la moda y el estilismo (que sospecho no entienden de mujeres) sino un estudio universitario que asegura que tiene proporciones cuasi divinas. Desde luego, Kelly Brooks no es la negación de la carne.
Kelly Brooks con su discreto novio
Pero cuando más contento estaba, mi gloria se vino abajo al saber que al menos uno de los estudio estaba patrocinado por un prestigioso cirujano plástico. Vamos, que si unos quieren vender la negación de la carne a través de la delgadez extrema otros quieren vender la tentación de las curvas a través de la silicona… Qué castigo divino, diferentes cabezas de un mismo monstruo…


Al final, sólo me queda agarrarme a los verdaderos pensadores independientes, aunque sean tan rematadamente sobrados como Arturo Pérez-Reverte.

En su twitter encontraréis más lindezas.
Volveré para quedarme