No me gusta presumir de
consejero de nadie porque cada uno es muy libre de hacer lo que le plazca. Pero
por favor, tened cuidado con lo que hacéis.
Los hombres y mujeres con fe lo llaman de destino, los fans
de Nietzsche piensan que aquí estamos de
prestado y la (prolija, fidedigna y en ocasiones mezquina) sabiduría
popular cree que a todo cerdo le llega su
San Martín (que irónicamente es un pescado).
Ejemplar de San Martín |
Cada uno que tome la
posición filosófica más afín a su personalidad, pero por favor, sea la que sea,
no tentéis a la suerte. Porque el ser humano no deja de sorprenderme.
He llegado a esta
reflexión tras saber que ha fallecido el recordman
mundial de salto base (no en el salto del record, no seáis cabrones)
practicando su deporte favorito en Suiza. A mí me gusta el deporte, pero no
tanto como para no mirar por mi propio pellejo.
Practicante de Salto Base |
Y según pensaba en este
asunto me he topado con esta otra noticia:
Premio Nobel al
organizador... Se veía venir. Tanto o más que lo del salto base. Los fallecidos
(me supongo que varones) fueron a arriesgar el
pellejo.
Seamos
razonables, por favor